Protagonistas de la nevada de Marzo (2)

El Petirrojo (Erithacus rubecula) es un ave que cae muy bien a los seres humanos. Quizás sea por ese inmenso babero colorado, que le hace ser diferente. Quizás sea porque, en celo, canta muy bien, de manera muy musical.  Quizás, porque gusta de lugares frescos, y los busca incluso en medio de parajes secos en agosto, por lo que se le asocia con la frescura y humedad. Quizás sea porque es un insectívoro que ayuda a mantener a los expansivos insectos, en equilibrio. El Petirrojo en general, es un ave bastante individual y sólo se junta por imperativos del celo. Pero, estos días de nieves y fríos generalizados, los Petirrojos que estaban situados en las zonas más frías de los Puertos, bajaron al Río, ocupando las orillas, picoteando entre sus herbazales. Una gozada ver a tanto Petirrojo junto, pero no revuelto, porque guardaban las distancias de uno al siguiente.




El canto del Petirrojo en celo es realmente bonito, diverso y musical, su reclamo sin embargo, no puede ser más monótono, aunque quizás por ello, fácil de identificar. Un suavísimo tec tec tec...



La Tarabilla Común (Saxicola torquata), que también en un Túrdido muy llamativo por su diseño, ocupa toda clase de hábitats abiertos, prefiriendo posarse sobre tallos de grandes hierbas, de las que se cimbrean con el viento... con ellas encima. También vive a muy distintas altitudes. Rara vez eso si, en el mismo cauce del río. Pero el día de la nevada, las había en las orillas a decenas. Se seguían subiendo a sus hierbas de tallo largo, pero en lugar de cazar en el aire, bajaban a la superficie del río a pescar insectos flotantes. Una y otra vez. Era bastante curioso verlas fuera de su contexto habitual y, si a eso le sumamos los pájaros anteriores, el río parecía otro.



El canto de la Tarabilla es bastante menos musical que el del Petirrojo. Más que largas frases musicales como su primo Petirrojo,  son frases rápidas y erráticas. El reclamo, es un seco chac.chac. uit chac.chac.



El Colirrojo Tizón (Phoenicurus ochruros), es quizás uno de los pájaros más eclécticos del Matarraña. Lo puedes encontrar anidando en los roquedos más altos de los Puertos, volando entre los farallones y acantilados como si fuera un Avión Roquero; lo puedes ver en las Campiñas Arboladas, y sus márgenes, como si fuera un Mirlo, en las Masías como si fuera un gorrión y ahora, en el cauce, como si fuera una Lavandera. Y de hecho, ése es el nicho que han ocupado estos días en los que han acudido al cauce cientos de ellos: las playas pedregosas, como las Lavanderas Blancas. 




Aunque estos días de frío, los animales están en silencio, de vez en cuando se les adivina su reclamo, muy suave, muy agudo: tsip...tic.tic.tic   






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