El celo de la Capra pyrenaica

El celo de las cabras montesas, Capra pyrenaica hispanica,  no es cuestión de unos pocos días. Es un proceso gradual. Empieza con la reducción otoñal de la iluminación, del número diario de horas de luz solar. Entonces se despiertan glándulas cuyos resultados son un cambio muy grande en el aspecto de los individuos, en su fertilidad,  en su tendencia a asociarse en grupos, en su agresividad y en su modo de alimentación...incluso hay cambios en los territorios que normalmente ocupan.

A primeros de Octubre, en los Puertos de Beceite, se empiezan a dar esos cambios, aunque, de forma muy gradual. Al final del mes, ya los individuos adultos han cambiado el color de su librea: manchas negras en pecho e ingles, en la parte anterior de las patas y una franja bien conspicua en en la linea dorsal, anuncian que ya están dispuestos, que ese es su pelaje de guerra.


Luego, poco a poco, se irán formando los grupos de celo, donde tendrán lugar las peleas, las cópulas, todo ello en un despliegue de fuerza y de valentía enormes.   

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