Escena de la comunidad de fauna silvestre del río Matarraña, octubre de 2011

Otoño, los árboles de hoja caduca amarillean en el soto (que diría Félix). 

Ya son muchos días de sol y calor. De sequía. No ha caido una gota en todo el verano. Por ello, el río, aunque su recarga sea cárstica, baja con poco caudal.

Calor y aguas lentas hacen que los remansos cobren especial importancia: allí las Libélulas y otros insectos, proliferan, siendo, a su vez, pasto de los Peces (Ciprínidos). Por último  las Nutrias, se zambullen en su busca, dando buena cuenta de los que agarren. 

Las Gallinetas comunes, con los pollos ya muy grandes pero sin haber desarrollado los caracteres físicos distintivos de los adultos (pico rojo, cola blanca en v...), disponen en los cuerpos de agua remansada, debido la sequía, de mucha lenteja de agua para picotear mientras, enseñan los recursos y las reglas del juego, a las crías nacidas este verano. Otros invitados merodean por el escenario: Tarabillas, Lavanderas cinereas, Martines pescadores.... 

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